Al asistir a la exposición fotográfica “memorias y huellas de la guerra: resistencia de las mujeres en el Caribe colombiano” quede muy sorprendida con la imágenes que vi, ya que son imágenes desoladoras, muchos rostros de tristeza y en ellas se siente el abandono.
Son mujeres de la costa, que viven en el campo y han tenido que pasar por muchas cosas, la violencia por parte de medios insurgentes, padecer y sufrir con la muerte de sus seres queridos, callar por miedo a ser víctimas de venganzas, dar sus vidas por la de sus familiares; para ellas nada ha sido fácil.
El ver las historias de estas mujeres me dejo impactada y al tiempo me ayudo a reflexionar sobre la vida que llevamos y de cual muchos nos quejamos, sin saber que muy lejos de nuestros hogares hay personas que padecen mas que nosotros, y no se quejan, simplemente soportan el dolor y siguen con sus vidas, eso si tratando de que cada vez sea mejor.
El leer la historia de mujeres como Carmen Fince, Débora Barros y Telemina Barros es algo impactante, estas son mujeres wayuu que siguen con sus tradiciones, como la de comunicarse con los espíritus para que sigan por el camino debido, pero también son agentes de paz, buscan la justicia y la reparación para ellas y sus comunidades
Lo impresionante es que prácticamente no le temen a lo que les pueda suceder, en vez de esto conformaron asociaciones en defensa de los grupos indígenas de todas las regiones de la guajira habitadas por ellos.
Otra cosa que me marco mucho fue la historia de Remedios Fince y su esposo, son desplazados por culpa de una masacre bahía Portete, viven en Venezuela pero no han olvidado lo que sucedió, inclusive aun guardan recortes de prensa de lo que sucedió.
Para concluir voy a decir que esta exposición es muy interesante, llega a los corazones de todos y refresca nuestra memoria, esto nos sirve para no olvidar lo que ha sucedido en nuestro país y darnos cuenta de lo que han hecho nuestras mujeres para salir adelante y seguir con sus vidas, sin miedo.